Baños de luna en agosto
La ventana abierta, la luna en lo alto me mira, casi llena. Tengo ganas de escribir aunque no se muy bien de qué. Igual sería mejor coger el diario personal y lanzarme, pero se hace tan cómodo coger el teclado y escribir...
Es ya agosto y me alegro un montón que el mes de julio no me haya traído amores tormentosos que luego cíclicamente retornan y te amargan el presente. Si alguien viene que lo haga cuando quiera ya... que los amores de julio me salieron ranas.
Estuve el sábado en Donostia, una delicia de ciudad. Siempre digo (en broma pero de veras) que quiero un novio de allí para poder vivir en esta hermosísima ciudad que tiene mar y montaña. Adoro el oleaje de sus playas, la lluvia, y su gente encantadora. Las nubes cubrieron en parte el día y me acompañé de mi hija mayor. Jugamos en la mar y reímos... grita y canta mi hija bajo el agua y la risa nos sacude escandalosa.
Tumbarse en el agua y mirar al cielo, los sonidos debajo del agua, el silencio, la calma y ese estado de cuasi felicidad. A veces en la piscina de mi pueblo, a última hora, cuando ya todo el mundo se ha marchado, puedo recrear el océano y flotar viendo las golondrinas-gaviotas caer en picado y beber en la superficie.
Los libros también los sorbo con ansia estos días y ahora Murakami y sus corderos me llaman perentoriamente y me dejo llevar entre las olas de luna y sueños.
6 navegantes:
Luna... Donostia... Murakami...
Suena todo tan delicioso...
Un post donde se respira tranquilidad, como si se pudiese ver el mar...
Carpe Diem
A mí también me gusta tumbarme en la piscina flotando y cerrar los ojos. El otro día, el salvavidas empezó a llamarme preocupado porque llevaba mucho rato flotando sin moverme y se creía que me había dado algo. Lo de las golondrinas bebiendo al vuelo es algo fantástico. Hay una portada de un disco de Mike Oldfield, creo que fue su primera recopilación de éxitos, que recoge el momento justo en que el ave atrapa una gota de agua con el pico.
De Donosti no opino porque nunca he estado y es una ciudad que tampoco me dice mucho. Yo es que el frío lo aguanto poco, prefiero el calor húmedo del Mediterraneo al húmedo frío del Cantábrico; quizá sea por la costumbre.
Y de novios, qué quieres que te diga: nunca he tenido ninguno. Pero paciencia. Ya sé que hace tiempo que andas con ello, pero ten paciencia, que ya llegará, ya lo verás.
Un beso caluroso y húmedo.
Fíjate, que también me gusta contemplar el atardecer y disfrutarlo, al borde de mi piscina. Pero a ella no bajan a beber las golondrinas, sino los murciélagos. Mi sobrina bebé, les llama "pipis", pero de pipis nada, que son más negros y más feos que el sobaco de un grillo. :P.
Fíjate, que también me gusta contemplar el atardecer y disfrutarlo, al borde de mi piscina. Pero a ella no bajan a beber las golondrinas, sino los murciélagos. Mi sobrina bebé, les llama "pipis", pero de pipis nada, que son más negros y más feos que el sobaco de un grillo. :P.
muy tuyas estas letras amiga .... paséate más por Donosti , que alguno cae seguro .... con lo especial que tu eres
besos
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