lunes, 28 de julio de 2008

Belleza cruel


Tengo una amiga que es rapsoda y con la que me queda pendiente llorar juntas, llorar largo y con abrazos la muerte de su hermana. Me ha dejado un libro de poemas de Ángela Figuera Aymerich, de entre todos he sentido mío este:

BELLEZA CRUEL

Dadme un espeso corazón de barro,
dadme unos ojos de diamante enjuto,
boca de amianto, congeladas venas,
duras espaldas que acaricie el aire.
Quiero dormir a gusto cada noche.
Quiero cantar a estilo de jilguero.
Quiero vivir y amar sin que me pese
ese saber y oír y darme cuenta;
este mirar a diario de hito en hito
todo el revés atroz de la medalla.
Quiero reír al sol sin que me asombre
que este existir de balde, sobreviva,
con tanta muerte suelta por las calles.

Quiero cruzar alegre entre la gente
sin que me cause miedo la mirada
de los que labran tierra golpe a golpe,
de los que roen tiempo palmo a palmo,
de los que llenan pozos gota a gota.

Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me para el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el miedo al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.

Porque es lo cierto que me asusta verme
las manos limpias persiguiendo a tontas
mis mariposas de papel o versos.
Porque es lo cierto que empecé cantando
para poner a salvo mis juguetes,
pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
y me confieso y pido a los que pasan
que me perdonen pronto tantas cosas.

Que me perdonen esta miel tan dulce
sobre los labios, y el silencio noble
de mis almohadas, y mi Dios tan fácil
y este llorar con arte y preceptiva
penas de quita y pon prefabricadas.

Que me perdonen todos este lujo,
este tremendo lujo de ir hallando
tanta belleza en tierra, mar y cielo,
tanta belleza devorada a solas,
tanta belleza cruel, tanta belleza.

Y es que tenía olvidadas las lecturas a corazón abierto y ese sentir hermoso de las palabras cuando están bien puestas.
Llevo un verano de relax, de ejercicios en la wii con puesta a punto (¡tengo 27 años físicos!), de idas y venidas de niños, de orden en la casa y por extensión en mi vida. Estoy feliz conmigo misma, veré que esto dure también en otoño e invierno.

lunes, 21 de julio de 2008

Norwegian Wood



Acabo de terminar "Tokio blues. Norwegian wood". De nuevo Murakami me ha envuelto con sus letras. Esta vez la magia ha sido distinta, una historia más real, más cercana. Un tanto amarga y triste.
Siempre que leemos algo no podemos evitar adaptarlo a nuestras vidas, si hay una historia de amor la vivimos a través de nuestras vivencias; si hay piel y caricias sentimos las manos que nos han tocado alguna vez y nos han hecho vibrar.
En un momento dado, el protagonista habla de como se da cuerda todos los días para así seguir viviendo, pero los domingos no, esos días, los que más se viven... no se da cuerda.
Luego, hacia el final, escribe sobre las cartas y yo, que las guardo todas, no he podido por más que darle la razón:
"Las cartas no son más que un trozo de papel. Aunque se quemen, en el corazón queda lo que tiene que quedar; por más que las guardes, lo que no debe quedar desaparece".
Creo que va siendo hora ya de que haga limpieza y tire cuanto ya hace tiempo ni siquiera miro. Hace unos días hice limpieza de armario, es el momento de limpiar algo más. No queda sitio para nada más si voy acumulando.
También curiosamente he encontrado un pasaje que me hizo dudar de quién copió a quién. Escribe Murakami:
"-Has de pensar que la vida es como una caja de galletas.
Negué con la cabeza y la miré.
-Quizás es culpa mía -le dije- pero a veces no te sigo.
-¿Verdad que en una caja siempre hay galletas que te gustan y galletas que no? Primero siempre te comes las que te gustan y al final sólo quedan las que no le gustan a nadie.
Cuando las cosas no van bien siempre pienso esto: Cuando me acabe estas todo irá mejor. La vida es como una caja de galletas."

Murakami lo escribió en 1987, la novela en la que se basa la película Forrest Gump (1994) en 1985, pero parece ser que Winston Groom decía "Ser un idiota no es como una caja de chocolates", así que alguno de los guionistas debió leer "Tokio blues" ¿no?

jueves, 17 de julio de 2008

Ven a Zaragoza


La luna quería salir de las nubes, el río... a lo lejos las torres del Pilar. Un día magnífico de esos escasos primaverales. Vimos y disfrutamos cuanto pudimos. Al final: muertos de cansancio, pero mereció la pena.
Hay muchas personas que en lugar de disfrutar se empeñan en sacar pegas, parece que nada nos sorprende ya. Afortunadamente a mi no me pasa eso. Tengo en preparación un vídeo con las fotos que saqué de un día en la Expo2008, ya lo pondré ya...

miércoles, 9 de julio de 2008

Y ahora en vídeo



Y no se me han ido las ganas de viaje... pero será para el próximo año, si es que antes no me toca la lotería u ocurre algo que me permita coger de nuevo la mochila.

viernes, 4 de julio de 2008

Aterrizaje forzoso


Massolit Books, un maravilloso café-tetería-librería en Cracovia

Dejé mi relato por tierras checas, y ya en Viena me dejé llevar por la marabunta de personas siguiendo el fútbol. Taparon y estropearon con sus enormes carteles algunos de los más emblemáticos edificios (¡jo! con la colección de fotos a ladrillos que he confeccionado). Aún así nos dejaron los palacios y sus jardines para nuestro solaz y disfrute. El tiempo cambió a peor para algunos, a mejor para mí, que no me importó que me cayera algo de la tormenta que mojó a los futbolistas españoles y rusos.
Un viaje fantástico. Todos lo disfrutamos y, aunque cansados, satisfechos de nuestros paseos, la comida, las risas, las bromas y esa maravillosa compañía de los "hosteles" por los que pasamos.
Y al llegar... un cubo de verano caliente encima. Los niños que empiezan a repartirse entre los padres, algunos días de soledad que, francamente, necesitaba, y un trabajo al que le trato de buscar entusiasmo, consiguiéndolo a veces.
Ya es definitivo: quiero imperiosamente aprender a hablar inglés, entenderlo lo voy entendiendo pero a la hora de contestar me sale el castellano a borbotones. No hay problema, es cuestión de machacar y machacar o repetir y repetir que dice "Vaughan" (método que voy a seguir a ver si consigue algo más que todos los anteriores). Hasta en un momento de delirium pensé que podría hacer un Erasmus como mi sobrina, dentro de unos años, claro... porque primero tendría que hacer el curso de acceso y luego una carrera universitaria, y con lo que me va a costar decidirme por alguna...
También quiero poner orden en la casa, limpiar, airear y todas esas cosas que se hacen en el verano (¿o era en primavera?). Todavía recuerdo, allá por mis años mozos, cuando llegaban estas fechas y todo el mundo blanqueaba las fachadas, pintaba las macetas y sacaba los geranios al sol.
Hmmm... me esperan lecturas y siestas. Pese al calor, reconozco que el verano también me gusta.