miércoles, 4 de mayo de 2011

47


Bien vale la excusa de un cumpleaños para venir aquí y escribir. En realidad vuelvo a este hogar perdido entre nubes porque tengo las emociones a ras de alma. Me ha entrado de pronto un bombazo de sentimientos que no se exactamente si estoy muy feliz o soy muy desgraciada.

Me ha escrito mi hija mayor en un comentario sobre la foto que ilustra esta entrada:

"Adorablee! Tienes la misma sonrisa que ahora, igual de bonita :)"

Me parece tan bonito lo que me ha dicho... que me deshago en lágrimas de emoción. Y estoy cansada de echarle la culpa a las hormonas, ¡me emociono y ya está! y es que por otro lado desearía unas palabras parecidas de otras personas que no se si no las sienten o las ocultan negando sentimientos. Y recuerdas esa máxima que hay que grabarse a fuego: "aprende a no esperar nada".
Los 46 han sido muy intensos, muchos cambios, ilusiones nuevas, amores. Los 47 vienen repletos también de esperanza y algo de miedo, ese terror ancestral por algo horrible que pueda pasar ahora que se es feliz. Y deseo, por un lado, que alguien o algo me proteja como cuando eres niña pero se que siempre, de todo, he salido por mí misma y ahora será igual.
47 es un bonito número...
(Si no escribo... ¡reviento!)