Me gusta acariciar ese universo lleno de estrellas, planetas y objetos celestes que se dibujan en tu piel. Pasar la yema de mis dedos por las perseidas de tu hombro derecho, el dragón de tu espalda, el planeta júpiter de tu vientre... todo un cielo de soles diminutos envueltos en la totalidad que habita en ti mismo. Y adoro esa suavidad y besar los astros idénticos y esa galaxia que cruza tu pecho.
Por qué no es lo mismo pasear que caminar
Hace 10 horas